King Tiger WSS

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domingo, 19 de junio de 2011

La expedición de la SS al Tibet: la conexión entre Alemania, Shambala y Tibet

La SS en el Tibet
Es un hecho conocido que varios miembros de alto rango del régimen nazi, incluyendo a Hitler, pero sobre todo Himmler y Hess, profesaban creencias ocultas. Consecuentemente, el mito budista del fabuloso reino oculto de Shambala resultó ser atractivo para muchos miembros del partido, en la medida en que fue incorporado a las creencias del misticismo nazi. Motivado al menos en parte por esas creencias, el régimen nazi envió una expedición oficial al Tibet entre 1938 y 1939 por invitación del gobierno tibetano para asistir a las celebraciones de año nuevo (Losar).

Tibet había sufrido múltiples intentos de China para anexarlo. Por otra parte, el Tibet también fue victima del fracaso británico en evitar la agresión de los chinos y proteger sus fronteras. Bajo Stalin, la Unión Soviética fue severa al perseguir el budismo, en particular la modalidad que practican los tibetanos y los mongoles dentro de sus fronteras y en su Estado satélite, la República Popular de Mongolia.
Bruno Beger tomando medidas corporales

Por el contrario, Japón fue el defensor del budismo tibetano en Mongolia interior, territorio que había anexado como parte de Manchukuo, que era un estado títere creado en Manchuria. Afirmando que Japón era Shambala, el Gobierno Imperial estaba tratando de ganar el apoyo de los mongoles bajo su dominio para llevar a cabo una invasión de la Mongolia Exterior y Siberia, con el propósito de crear una confederación protegida por el Japón.

Por su parte, el gobierno tibetano estaba explorando la posibilidad de ganar también la protección de Japón frente a la situación inestable que estaba experimentando. Japón y Alemania firmaron un Pacto Anticomunista en 1936, declarando su mutua hostilidad hacia la propagación del comunismo internacional. La invitación del Tibet para la visita de una delegación oficial de la Alemania nazi se extendió en este contexto y bajo esas circunstancias. En agosto de 1939, poco después de la expedición alemana al Tibet, Hitler rompió el pacto con Japón y firmó el pacto nazi-soviético. En septiembre, los soviéticos derrotaron a los japoneses, que habían invadido la Mongolia Exterior en mayo. Posteriormente, nada se materializó a partir de los contactos japoneses y alemanes con el gobierno tibetano.

Interesantemente, varios escritores de la postguerra han afirmado que el Budismo y la leyenda de Shambala jugaron un papel importante en el contacto oficial alemán-tibetano.

Los Mitos de Thule y Vril

El primer elemento de las creencias ocultistas nazis giraba alrededor de la tierra mítica de Hiperbórea-Thule. Al igual que Platón había citado la leyenda egipcia de la isla sumergida de la Atlántida, Herodoto mencionó la leyenda egipcia del continente de Hiperbórea en el lejano norte. Cuando el hielo destruyó esta antigua tierra, sus habitantes emigraron al sur. Escribiendo en 1679, el autor sueco Olaf Rudbeck identificó a los atlantes con los hiperbóreos y situó a estos últimos en el Polo Norte. Según varios relatos, Hiperbórea se dividió en las islas de Thule y Ultima Thule, que algunos estudiosos identifican con Islandia y Groenlandia.
Edmund Geer en 1938
El segundo ingrediente de las creencias alemanas era la idea de que la esfera terrestre era hueca. A finales del siglo XVII, el astrónomo británico Sir Edmund Halley sugirió por primera vez que la tierra no era sólida, consistiendo de cuatro esferas concéntricas. La teoría de la tierra hueca disparó la imaginación de muchas personas, especialmente con la publicación en 1864 del mítico viaje del novelista francés Julio Verne al centro de la tierra.
H.Himmler

En esa época es que se materializa el surgimiento del concepto de Vril. En 1871, el novelista británico Edward Bulwer-Lytton, autor de “The Coming Race”, describió una raza superior, la Vril-ya, que vivía bajo tierra y planeaba conquistar el mundo utilizando el Vril, que era un tipo de energía psicokinética. El autor francés Louis Jacolliot promovió estos mitos en “Les Fils de Dieu” (Los Hijos de Dios) (1873) y “Les Traditions indo-européenes”  (Las tradiciones Indo-Europeas) (1876). En estos libros, Jacolliot vinculó el Vril con el pueblo subterráneo de Thule y planteó la posibilidad de que los habitantes de Thule aprovecharan el poder del Vril para convertirse en superhombres y dominar el mundo.

Por su parte, el filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900) también hizo hincapié en el concepto del Übermensch (superhombre) y comenzó su trabajo, “Der Antichrist” (El Anticristo) (1888) con la frase: "Veámonos a nosotros mismos por lo que somos. Somos hiperbóreos. Sabemos muy bien de donde venimos." Aunque Nietzsche nunca mencionó el Vril, en su colección de aforismos publicada póstumamente, “Der Wille zur Macht” (La voluntad del poder), hizo hincapié en el papel de una fuerza interna para el desarrollo sobrehumano. Él escribió que "el rebaño", o las personas comunes, se esfuerzan por lograr la seguridad en sí mismas por medio de la creación de la moral y las normas, mientras que los superhombres tienen una fuerza vital interna que les impulsa a ir más allá de la manada. Esa fuerza los lleva a mentir a la manada con el fin de seguir siendo independientes y libres de la "mentalidad de rebaño".
Karl Wienert en Tibet (1938)

En “El Hogar Ártico de los Vedas” (1903), uno de los primeros defensores de la libertad India, Bal Gangadhar Tilak, añadió un elemento adicional mediante la identificación de la migración hacia el sur de los habitantes de Thule con el origen de la raza aria. Por lo tanto, algunos alemanes de principios del siglo XX creían ser los descendientes de los arios que emigraron hacia el sur desde Hiperbórea-Thule, los cuales estaban destinados a convertirse en la raza superior de superhombres a través del poder del Vril. Hitler estaba entre ellos.

La Sociedad Thule y la fundación del Partido Nazi

Félix Niedner, el traductor al alemán del antiguo escrito nórdico Eddas, fundó la Sociedad Thule en 1910. En 1918, Rudolf Freiherr von Sebottendorf estableció una sucursal de Múnich. Sebottendorf había vivido anteriormente en Estambul, donde, en 1910, había formado una sociedad secreta que combinaba el sufismo esotérico y la masonería. De regreso en Alemania, Sebottendorf también había sido un miembro de la Orden Germanen (Orden de los Teutones), fundada en 1912 como una sociedad de derecha con un secreto credo antisemita. A través de estos canales, el genocidio y el antisemitismo se convirtió en parte del credo de la Sociedad Thule. La lucha contra el comunismo fue añadida después de la Revolución Comunista Bávara en 1918, cuando la Sociedad Thule de Munich se convirtió en el centro del movimiento contra-revolucionario.
Diferentes modalidades de la swástica

En 1919, la Sociedad generó el Partido Alemán de los Trabajadores. A partir de ese mismo año, Dietrich Eckart, un miembro del círculo interno de la Sociedad Thule, inició a Hitler en la Sociedad y alegadamente comenzó a entrenarle en sus métodos de aprovechamiento del Vril para crear una raza de superhombres arios. Hitler había sido de mentalidad mística desde su juventud, época en que había estudiado el ocultismo y la teosofía en Viena. Posteriormente, Hitler dedicó su Mein Kampf a Eckart. En 1920, Hitler se convirtió en el líder del Partido Obrero Alemán, que para entonces se conocía como Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (nazi).

Haushofer, la Sociedad Vril, y la geopolítica

Otra influencia importante en el pensamiento de Hitler fue Karl Haushofer (1869-1946), un consejero militar alemán de los japoneses después de la guerra ruso-japonesa de 1904-1905. Haushofer estaba muy impresionado con la cultura japonesa, por lo que muchos creen que fue responsable de la posterior alianza entre Alemania y Japón. Le interesaba también la cultura india y tibetana, aprendió sánscrito, y afirmó que había visitado el Tíbet.

Después de servir como un General en la Primera Guerra Mundial, Haushofer fundó la Sociedad Vril en Berlín en 1918. La nueva entidad básicamente compartía las mismas creencias con la Sociedad Thule y algunos afirman que era parte de su círculo íntimo. Se afirma que la Sociedad Vril buscó el contacto con seres sobrenaturales bajo la tierra para obtener de ellos los poderes del Vril. Similarmente, esta Sociedad afirmó que el origen de la raza aria estaba en Asia Central. Haushofer desarrolló la doctrina de la geopolítica y, a principios de 1920, se convirtió en el Director del Instituto de Geopolítica de la Universidad Ludwig-Maximilians en Munich. La geopolítica abogó por conquistar territorio para ganar más espacio vital (Lebensraum) como un medio de adquirir poder. No es coincidencia que este era uno de los pilares del programa de gobierno de Hitler.

Rudolf Hess era uno de los mejores estudiantes de Haushofer y le presentó a Hitler en 1923, mientras Hitler estaba en prisión por su fallido golpe de estado. Posteriormente, Haushofer visitó a menudo el futuro Führer, instruyéndole en geopolítica desde el punto de vista de las ideas de las Sociedades Thule y Vril. Así, cuando Hitler fue nombrado canciller en 1933, adoptó la geopolítica como su política para conquistar Europa del Este, Rusia y Asia Central. La clave del éxito sería encontrar los antepasados de la raza aria en Asia Central.

La esvástica

La esvástica es un antiguo símbolo indio de la buena suerte inmutable. La "swastika" es una incorporación de la palabra en sánscrito “svástica”, que significa bienestar o buena suerte. Utilizada por los hindúes, budistas y jainistas durante miles de años, eventualmente se generalizó en el Tibet también.
Emblema de la Ahnenerbe

La esvástica ha aparecido también en muchas otras culturas antiguas del mundo. Es un símbolo tradicional del antiguo dios nórdico del trueno y la fuerza (el escandinavo Thor, Donner alemán y el Báltico Perkunas). Debido a esta asociación con el dios del trueno, los letones y finlandeses tomaron la esvástica como insignia para sus fuerzas aéreas cuando obtuvieron la independencia tras la Primera Guerra Mundial.

En el siglo XIX, Guido von List adoptó la esvástica como un emblema para el movimiento neopagano en Alemania. Los alemanes no usaron la esvástica (palabra en sánscrito), si no que en su lugar utilizaron el "Hakenkreutz", que significa "cruz gamada." A la larga  ésta sustituyó a la cruz, al igual que el neo-paganismo sustituyó al cristianismo.

Compartiendo el sentimiento anticristiano del movimiento neo-pagano, la Sociedad Thule también adoptó la Hakenkreuz como parte de su emblema, colocándolo en un círculo con una daga alemana vertical superpuesta sobre ella. En 1920, por sugerencia del Dr. Friedrich Krohn de la Sociedad Thule, Hitler adoptó la Hakenkreuz en un círculo blanco para el diseño central de la bandera del Partido Nazi. Hitler eligió el rojo para el color de fondo para competir contra la bandera roja del rival Partido Comunista.
Miembros de la expedición de la SS al Tibet

Los investigadores franceses Louis Pauwels y Jacques Bergier, en “Le Matin des Magiciens” (El retorno de los brujos) (1962), aseguran que Haushofer convenció a Hitler para usar la Hakenkreuz como el símbolo del Partido Nazi. Ellos postulan que esto se debió al interés de Haushofer en la cultura india y tibetana. Esta conclusión es muy poco probable, ya que Haushofer no conoció a Hitler hasta 1923, mientras que la bandera nazi apareció por primera vez en 1920. Es más probable que Haushofer utilizara la amplia presencia de la esvástica en la India y el Tibet como evidencia para convencer a Hitler de que en esa región se habían establecido de los antepasados de la raza aria.

La represión nazi de grupos ocultos rivales

Durante la primera mitad de la década de 1920, una rivalidad violenta tuvo lugar entre las sociedades ocultistas y logias secretas en Alemania. En 1925, Rudolf Steiner, el fundador del movimiento antroposófico, fue encontrado asesinado. Muchos sospecharon que la Sociedad Thule había ordenado su asesinato. En años posteriores, Hitler continuó la persecución de antropósofos, teósofos, masones y rosacruces. Varios historiadores adscriben esta política al deseo de Hitler de eliminar cualquier rival ocultista a su gobierno.
Ideal alemán de la raza aria

Influenciado por los escritos de Nietzsche y por los credos de la Sociedad Thule, Hitler creía que el cristianismo era una religión defectuosa, infectada en sus raíces por el pensamiento judío. Consideraba que sus enseñanzas sobre el perdón, el triunfo de los débiles, y la abnegación eran anti-evolutivas, y se vio a sí mismo como un Mesías, sustituyendo a Dios y a Cristo. Steiner había utilizado la imagen del anticristo y lucifer como futuros líderes espirituales que regenerarían el cristianismo en una forma más pura. Hitler fue mucho más lejos. Él se veía como el libertador del mundo de un sistema degenerado, y como el agente provocador de un nuevo paso en la evolución de la raza aria. No obstante, Hitler exhibió tolerancia hacia el budismo.

Budismo en la Alemania nazi

En 1924, Paul Dahlke fundó el Buddhistisches Haus (Casa para los budistas) en Frohnau, Berlín, la cual estaba abierta a miembros de todas las tradiciones budistas, pero principalmente atendía a las formas theravada y japonesa, ya que eran las más conocidas en Occidente en ese momento. En 1933, esta localidad fue sede del Primer Congreso Europeo Budista. Los nazis permitieron a la Buddhistisches Haus permanecer abierta durante toda la guerra, aunque firmemente bajo su control. Como algunos miembros hablaban chino y japonés, actuaban como traductores para el gobierno a cambio de la tolerancia del budismo.
Miembros de la expedición de la SS al Tibet
A pesar de que el régimen nazi clausuró la Gemeinde Buddhistische (Sociedad Budista) en Berlín, que había estado activa desde 1936, y arrestó brevemente a su fundador Martin Steinke en 1941, por lo general no persiguió a los budistas. Después de su liberación, Steinke y varios otros continuaron ofreciendo conferencias sobre el budismo en Berlín. No hay evidencia, sin embargo, de que los maestros del budismo tibetano visitaron el Tercer Reich. La política nazi de tolerancia para el budismo no demuestra ninguna influencia de las enseñanzas budistas en Hitler o la ideología nazi. Una explicación más probable es el deseo de Alemania de no afectar las relaciones con su aliado Budista, Japón.

La Ahnenerbe

Bajo la influencia de Haushofer, Hitler autorizó a Frederick Hielscher en 1935, a fundar el Ahnenerbe (Oficina para el Estudio de la Herencia Ancestral), con el Coronel Wolfram von Sievers como su cabeza. Entre otras funciones, Hitler le encargó investigar las runas germánicas y los orígenes de la esvástica e identificar los orígenes  de la raza aria. Desde el principio, el Tíbet fue el candidato más prometedor.
Bruno Beger en el Tibet
Alexander Csoma de Körös (Kőrösi Csoma Sandor) (1784-1842) fue un erudito húngaro obsesionado con la búsqueda de los orígenes del pueblo húngaro. Sobre la base de las afinidades lingüísticas entre los húngaros y las lenguas turcas, consideró que los orígenes del pueblo húngaro estaban en "la tierra de los Yugurs (uigures)" en el Turkestán Oriental (Xinjiang, Sinkiang). Él creía que si podía llegar a Lhasa, encontraría las claves para la localización de su tierra natal.

El idioma húngaro, el finlandés, las lenguas turcas, mongoles y manchúes pertenecen a la familia ural-altaica de las lenguas, también conocida como la familia turaniana, en clara referencia a la palabra persa "turan" proveniente de Turkestán. Desde 1909, los turcos tenían un movimiento pan-turaniano encabezado por una sociedad conocida como los Jóvenes Turcos. La Sociedad Húngara Turaniana pronto surgió en 1910 y la Alianza Turaniana de Hungría en 1920. Algunos estudiosos creían que los idiomas japonés y coreano también pertenecen a la familia turaniana. Así, la Alianza Nacional Turaniana fue fundada en Japón en 1921 y la Sociedad Japonesa Turaniana en la década de 1930. Haushofer, sin duda alguna, estaba consciente la existencia de estos movimientos que buscaban los orígenes de la raza turaniana en Asia Central. Esto encajó muy bien con la búsqueda de la Sociedad Thule de los orígenes de la raza aria en esa misma área. Su interés por la cultura tibetana añadió peso a la candidatura del Tibet como la clave para encontrar un origen común para las razas aria y turaniana y para obtener el poder del Vril que sus líderes espirituales alegadamente poseían.
Ernst Shafer en el Tibet
Haushofer no era la única influencia dentro del Ahnenerbe que favorecía la exploración del Tíbet. Hielscher era amigo de Sven Hedin, el explorador sueco que había dirigido expediciones al Tíbet en 1893, 1899-1902, y 1905-1908, y una expedición a Mongolia en 1927-1930. Por ser un favorito de los nazis, Hitler le invitó a dar el discurso de apertura de los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936. Inclusive, Hedin participó en las actividades pro-nazi en Suecia e hizo numerosas misiones diplomáticas a Alemania entre 1939 y 1943.

En 1937, Himmler hizo de la Ahnenerbe una organización oficial de la SS y nombró al profesor Walther Wüst, Presidente del Departamento de Sánscrito en la Universidad Ludwig-Maximilians en Munich, como su nuevo director. El Ahnenerbe tenía un Instituto del Tibet, que en 1943 recibió el nombre de Sven Hedin Institut für Innerasien und Expeditionen.

La expedición nazi al Tíbet

Ernst Schäfer, cazador y biólogo alemán, participó en dos expediciones al Tíbet, en 1931 y 1934-1936, como deportista y para llevar a cabo investigación zoológica. El Ahnenerbe patrocinó una tercera expedición (1938-1939) por invitación oficial del gobierno tibetano. La visita coincidió con los renovados contactos tibetanos con Japón. Una posible explicación de la invitación es que el gobierno tibetano deseaba mantener relaciones cordiales con los japoneses y sus aliados alemanes como contrapeso contra los británicos y chinos. Por lo tanto, el gobierno tibetano dio la bienvenida a la expedición alemana del 1939 durante la celebración del año nuevo (Losar) en Lhasa.
Miembros de la expedición de la SS al Tibet

En su obra “Fest der Weissen Schleier: Eine Forscherfahrt durch Tibet nach Lhasa, der Stadt des Heiligen Gottkönigtums” (Festival de los pañuelos de gasa blanca: una expedición de investigación a través de Tíbet a Lhasa, la ciudad santa del reino de Dios) (1950), Ernst Schäfer describió sus experiencias como parte de la expedición. Durante las festividades, Schäfer aseguró que, el Oráculo Nechung advirtió que aunque los alemanes traían dulces regalos y palabras, el Tíbet debía tener cuidado, pues el líder de Alemania era como un dragón. Tsarong, el ex jefe pro japones de los militares del Tíbet, trató de suavizar la predicción. Dijo que el Regente había oído hablar mucho más del Oráculo, pero que no estaba autorizado a divulgar los detalles. El Regente rezaba todos los días para que no ocurriera una guerra entre los británicos y los alemanes, ya que esto tendría consecuencias terribles para el Tibet también. Decía que ambos países deben comprender que toda la gente buena debe rezar de manera similar. Durante el resto de su estancia en Lhasa, Schäfer se reunió a menudo con el Regente y desarrolló una buena relación.

Los alemanes estaban muy interesados en el establecimiento de relaciones de amistad con el Tíbet. Su agenda, sin embargo, era ligeramente diferente de la de los tibetanos. Uno de los miembros de la expedición de Schäfer era el antropólogo Bruno Beger, que era responsable de la investigación racial. Después de haber trabajado con HFK Günther, Beger suscribió la teoría de Günther de la existencia de una "raza norteña" en Asia Central y el Tíbet. En 1937, Beger había propuesto un proyecto de investigación para el este de Tíbet y, con la expedición de Schäfer, planeaba investigar científicamente las características raciales del pueblo tibetano. Mientras visitó el Tíbet y Sikkim, Beger midió los cráneos de trescientos Tibetanos y  examinó algunas de sus otras características físicas y marcas corporales. Concluyó que los tibetanos ocupan una posición intermedia entre los mongoles y las razas europeas, con el elemento racial europeo mostrándose más pronunciadamente entre la aristocracia.

Según Richard Greve, "Tibetforschung en SS-Ahnenerbe (Investigación Tibetana en el SS-Ahnenerbe)", publicado en T. Hauschild (ed.) "Lebenslust und Fremdenfurcht" - Ethnologie im Dritten Reich ("Pasión por la Vida y la Xenofobia" - Etnología en el Tercer Reich) (1995), Beger reconoció que los tibetanos podían desempeñar un papel importante después de la victoria final del Tercer Reich. Así, se esperaba que sirvieran como una raza aliada en una confederación pan-mongola bajo la égida de Alemania y Japón. Aunque Beger también recomendó más estudios, no se llevaron a cabo más expediciones al Tíbet.

Varios estudios de la postguerra sobre el nazismo y el ocultismo, como el de Trevor Ravenscroft en “La Lanza del Destino” (1973), han afirmado que bajo la influencia de Haushofer y la Sociedad Thule, Alemania envió expediciones anuales al Tibet desde 1926 hasta 1943. Su misión fue primordialmente iniciar y mantener el contacto con los antepasados arios en Shambala y Agharti, que eran ciudades subterráneas ocultas bajo los Himalayas. Siendo estas gentes los guardianes de poderes ocultos, especialmente el poder conocido como Vril, las misiones alemanas buscaban el aprovechamiento de esos poderes para crear una raza superior aria. Según estos relatos, Shambala rechazó cualquier tipo de asistencia, pero Agharti estuvo de acuerdo. Posteriormente, a partir de 1929, grupos de tibetanos supuestamente llegaron a Alemania y comenzaron las logias conocidas como la Sociedad de los Hombres Verdes. En unión a la Sociedad del Dragón Verde en Japón, a través de la intermediación de Haushofer, estas organizaciones supuestamente ayudaron a la causa nazi con sus poderes ocultos. Himmler se sentía atraído por estos grupos de adeptos Tibetanos de Agharti y, supuestamente de su influencia, fundó el Ahnenerbe en 1935.

Aparte del hecho de que Himmler no fundó el Ahnenerbe, sino que lo incorporó a la SS en 1937, el relato de Ravenscroft contiene otras afirmaciones dudosas. La principal es el supuesto apoyo de Agharti a la causa nazi. En 1922, el científico polaco Ferdinand Ossendowski publicó “Bestias, Hombres y Dioses” describiendo sus viajes a través de Mongolia. En dicha obra, el autor relató haber escuchado relatos de la tierra subterránea de Agharti bajo el desierto de Gobi. La traducción alemana del libro de Ossendowski, “Tiere, Menschen und Götter”, fue publicada en 1923 y se convirtió en un texto muy popular. Sven Hedin, sin embargo, publicó en 1925 “Ossendowski und die Wahrheit” (Ossendowski y la Verdad), obra en la que desmintió las afirmaciones del científico polaco. Hedin señaló que Ossendowski había copiado la idea de la novela de Agharti de Saint-Yves d'Alveidre's “Misión de l'Inde en Europe” (Misión de la India en Europa) (1886) para hacer su historia más atractiva para el público alemán.
En síntesis, debido a que Hedin tenía una gran influencia sobre el Ahnenerbe, es poco probable que esta entidad hubiera enviado una expedición específicamente para encontrar Shambala y Agharti.

En síntesis, el misticismo de le época no solo salpicó las creencias e iniciativas del gobierno de Hitler, sino que sirvió como fundamento para las políticas raciales y de expansión territorial del Tercer Reich. Es interesante notar que gran parte de estas creencias provenían de obras de ficción y no de estudios y/o expediciones científicas. Sin embargo, un dato curioso es que al parecer, muchas de estas ideas fueron consideradas como ciertas y verdaderas por grupos de personas mayormente educadas e instruidas.

Para conocer más/Fuentes:


Alexander Berzin
Mayo 2003

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